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  • Foto del escritorGeofredo C.

¿La psiquiatría es igual de válida que cualquier disciplina de la medicina? (Segunda parte)



En la primera parte de esta serie, hablamos de la existencia de un fuerte sesgo motivado por intereses financieros por parte de la psiquiatría académica en cuanto a evaluar y reportar sobre la eficacia y la seguridad de los antidepresivos.

Asimismo, concluimos citando los recientes comentarios del doctor Thomas Insel, quien hace poco sirvió como titular del Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos, comentarios en los que afirma que no hay desbalances químicos en el cerebro, o "biomarcadores", que coincidan con los síntomas de la depresión o cualquier otro sufrimiento mental.


Es decir, a día de hoy, efectivamente se desconocen por completo las causas biofísicas de las enfermedades mentales.


Ahora, en este artículo, nos toca empezar a responder a una de las interrogantes fundamentales de esta serie: ¿qué tan eficaces y seguros son los antidepresivos?


De acuerdo con The United States National Library of Medicine, los antidepresivos más recetados son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). Estos medicamentos inhiben la "recaptación" de la serotonina en el cerebro, así aumentando sus niveles de actividad.


Otros populares antidepresivos son los inhibidores selectivos de la recaptación de norepinefrina (IRSN) y los antidepresivos atípicos. Estos también nos cambian la neuroquímica.


Como en muchos casos en la medicina, se ha realizado una cantidad de investigaciones tan enorme sobre estos y otros antidepresivos que no es suficiente hacer referencia a solo un estudio, y posiblemente ni aún meta análisis (gran estudio de otros estudios).


Hay que recurrir a las declaraciones sobre el tema de los expertos, pero los que son verdaderamente independientes, quienes han tenido la ética para alejarse de la influencia corruptora del dinero de las farmacéuticas.

Uno de tales expertos es el reconocido doctor e investigador médico Peter C. Gøtzsche, cofundador de Cochrane, organización mundial sin fines de lucro que analiza los resultados de la investigación médica para facilitar que en la medicina se tomen decisiones basadas en la evidencia.


Reflejando los principios de su cofundador, esta organización, establecida en 1993, rechaza la financiación comercial y la que considera "conflictiva". Acepta fondos únicamente de gobiernos, instituciones académicas, hospitales y fundaciones independientes.


Tanto por su independencia como por su rigor científico, Cochrane ha sido elogiada una y otra vez. Por citar un ejemplo, en 2004, el Canadian Medical Association Journal publicó un artículo diciendo que la organización, "ha logrado avances sustanciales en la realización de revisiones de intervenciones de atención médica".


Además, que era, "el mejor recurso para la investigación metodológica".


Así, Gøtzsche, de 73 años, ha dedicado gran parte su vida profesional al esclarecimiento de la verdad científica en lo que respecta a la medicina. Y hay que decirlo: le ha salido bastante bien.

Entre los múltiples temas que a lo largo de su carrera le han llamado la atención al doctor, se encuentran la eficacia y la seguridad cuestionables de los antidepresivos, asunto que ha investigado en gran detalle.


"No son mejores que el placebo para la depresión leve, solo ligeramente mejores para la depresión moderada y benefician solo a uno de cada 10 con depresión grave. En aproximadamente la mitad de los pacientes provocan alteraciones sexuales", ha aseverado.

Gøtzsche también ha señalado que entre los niños, los jóvenes y los adultos hasta los 40 años, por más contradicitorio que nos resulte, los antidepresivos en realidad incrementan el riesgo de suicidio.

"La Food and Drug Administration de EE. UU. ha demostrado que los antidepresivos aumentan el comportamiento suicida hasta los 40 años, y se han informado muchos suicidios, incluso en personas sanas que tomaron los medicamentos por otros motivos (por ejemplo, por el estrés o el dolor)", criticó.


En la tercera parte, continuaremos examinando la legitimidad de los antidepresivos.

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